
siempre había un marcador en el estante del botiquín,
de noche mientras nos lavábamos los dientes,
escribíamos en el espejo mensajes como:
"mamá despertame a las 8. javier"
u "hoy vuelvo tarde. lucía".
algunos mantuvimos esa tradición
y lo usamos casi como agenda.
probando caligrafías para una pieza
empecé por el espejo y seguí por los azulejos.
(limpiar luego: ardua tarea!)